"GALICIA É UN PAÍS DE TESOUROS ESCUSADOS NOS CASTROS, ASOLAGADOS nas lagoas, enterrdos aquí ou acolá, e cáseque sempre ben gardados por mouros, enanos, xigantes, fadas, cobras... Son os que se chaman encantos".  Con esta frase Álvaro Cunqueiro resume el compendio de su mundo fantástico y poético y el sentido de su Tesouros novos e vellos como tituló su discurso de ingreso en la Academia de la Lengua Galega. Ahí, como en toda su obra, hace gala de una deliciosa erudición y despliega una muestra  de su labor en el género de la literatura fantástica.
No creo que necesite traducción, pero por si acaso:  Galicia es un país de tesoros escondidos en los castros, sumergidos en las lagunas, enterrados aquí o allá y casi siempre bien guardados por "mouros", enanos, gigantes, hadas, cobras... Son lo que se denomina encantamientos.
Más adelante habla en concreto de los enanos que guardan los tesoros. Sigo con la traducción libre: 
"Algunos de los enanos son músicos,  y salen de entre las peñas que hay sobre su cueva tocando la viola, o la corneta, o el tambor. Nunca oí de ningún enano que tocase la gaita. No es fácil quitarle un tesoro a un enano. Un hombre de Meira habló con un enano que estaba en el otero de Vilares y el enano le dijo que allí había un tesoro, que sería para el que contestase unas preguntitas de nada. El meirés fue a Lugo para buscar un abogado que fuese con él a Vilares, y el abogado le dijo que solo iba con la condición de dividir el tesoro en tres partes, una para el hombre, otra para él y otra para el código de las "argalladas" (enredos, cosas de poca importancia, tontunas), en el que iba a tener que estudiar durante una semana. Pasada ésta fueron a Vilares y apareció el enano allí arriba. Las preguntitas de nada eran en latín, y el abogado ya lo tenía olvidado. Aunque al abogado se le ocurrió decirle que tenía que pagar los gastos de desplazamiento, y el enano, tras darle muchas vueltas, le entregó un onza...
Casi todos aquellos a los que he consultado creen que los enanos no son del país, e Rego de Bouzas me dijo que había un libro en el que se contaba que los enanos vinieron a Santiago. Eran cuarenta y siete. Entonces un obispo que había les preguntó si querían quedarse en  Galicia guardando sus tesoros, y los enanos, que eran muy pobres y traían hambre, respondieron que sí. El obispo los fue llevando uno a uno a donde tenían que montar guardia y los dejó comida de la mejor, que nunca se les acababa y estaba siempre caliente. El obispo les dijo que volvería un día a buscar sus tesoros y que hasta entonces se los tuvieran bien limpios.
-- ¿Y de donde venían los enannos?, le pregunté a Rego.
-- De lejos. Contestó.
Con lo cual quedó todo aclarado".
"Algúns dos enanos son músicos, e saen entre as penas que hai onda súa cova tocando a viola, ou a corneta, ou o tambor. Nunca ouvín dun enano que toquése a gaita. Non é doado quitarlle un tesouro a un enano. Un home de Meira falóu cun enano que estaba no outo de Vilares e o enano díxolle que ali había contestase un tesoro, que sería pra quen contestase unhas perguntiñas. O meirés foi a Lugo buscar un abogado pra que viñese con el a  Vilares, e o abogado dixo que iba, coa condición de partir o tesouro en tres partes, unha pra o home, outra pra el e outra pra o código das argalladas, no que tiña que estudar unha semâ enteira. Pasada ésta foron a Vilares e aparecéu o enano acolá enriba. O abogado xa as tiña esquecido, que as perguntiñas eran en latín. O abogado díxolle que había que pagar os gasto o viaxe, e o enano, tras moitas voltas, entregou unha onza... Cáseque todos aqués co quen teño falado coidan que os enanos non son do país, e Rego de Bouzas dixome que había un libro no que se contaba que os enanos viñeran a Santiago i eran corenta e sete, entón un bispo que había díxolles si querian quedarse en Galicia gardando os seus tesouros, os enanos, que eran mui probes e traguian fame, responderon que sí. O bispo levóunos un por un a onde tiñan que montar garda e deixoulles comida da millor, que nunca se lle acaba e sempre está quente. O bispo díxolle que había de volver un día a buscar os seus tesouros e que llos tiveran ben limpos.​​​​​​​
¿E de ónde viñas os enanos?, pergunteille a Rego.
- De lonxe, contestóu.
Co cal quedóu todo acrarado.

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