Cinco días disfrutando de la isla portuguesa, su cambiante clima, sus montañas y acantilados, su naturaleza exuberante y sus espetos. Playas soleadas y pedregosas y cumbres borrascosas y frías. Una caminata en Ponta Saō Lourenço. En Funchal, una jubilación, los “Carreiros do Monte” y... Ronaldo en todos los sitios, desde el aeropuerto.
En el recuerdo queda la furgoneta Mercedes que subió las más empinadas cuestas, que no conocen los quitamiedos, y atravesó los prolongados túneles decididamente y sin el respaldo de 6.000€. Siempre conducida con arrojo y firmeza por el Sr. Matallanos.